Comerás el fruto de tu siembra

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2 Corintios 9:6 (RVR1960)

Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

Lo malo crece solo, no hay que hacer nada.

-Si querés que tu familia se rompa, no tenés que hacer nada;

-si deseas que tu matrimonio se deshaga, sencillamente no hagas nada;

-si querés que tu negocio se caiga a pedazos no hagas nada porque lo malo crece solo.

La Biblia nos enseña que el mundo está cargado de maldición.

La mentira, el engaño crecen solos.

Un chiquito de tres, cuatro o cinco años ya aprendió a mentir por naturaleza, sin que nadie le enseñara, porque lo malo crece solo.

Dios nos dio la ley de la siembra y la cosecha y es tan poderosa que rompe todo lo malo.

Cuando veo una maldición, algo negativo, tengo sembrar algo positivo, porque la ley de la siembra y la cosecha rompe la maldición.

Necesito aprender a sembrar porque soy un sembrador.

El cuento

Un jovencito fue pescar, tira su caña y se sentó junto al arroyo, justo al lado ve un pequeño tero, un tero tero, durmiendo, el niño acaricia su plumaje alisándoselo suavemente con la mano. El tero se despierta y sale volando, pero tenía una alegría tan grande, nunca me habían acariciado… la caricia es hermosa seguía diciendo con sus teru teru

-Eh, tero, ven aquí, quiero saber que es una caricia, le grito la vaca al escucharlo. El tero se dejó caer, aterrizando junto a la vaca…

-Esto es una caricia…-le dijo el tero, mientras que con el ala izquierda rozaba una y otra vez la pata de la vaca.

Con varios felices muuu, se despidió entonces del tero, la vaca, no sabía si caminaba, flotaba o soñaba.

Ahora sabía lo que era una caricia… distraída, atropello a un puerco espín que descansaba en el pasto.

-Cuidado vaca, ¿no ves que casi me pisas?, ¿estás loca?, ¿me vas a decir que te pasa?

-Hoy he aprendido lo que es una caricia… estoy tan feliz…

– ¿Una caricia?, ¿qué gusto tiene?

-La vaca mugió divertida: -No es algo para comer… acércate que te voy a enseñar… y la vaca rozó con su cola la única zona del puerco espín sin espina, en su dura cabecita. Su cuerpo se estremeció. Tampoco a él lo habían acariciado antes…

¿De modo que ese contacto tan lindo era una caricia?, para ocultar su emoción, corrió rápidamente un agujero entre las plantas y desapareció, hasta el atardecer… era la hora de salir a buscar alimentos… pero antes, tengo ganas de regalar una caricia, a quien podre regalarle una caricia…

En eso, ve a un niño pescando junto al arroyo, y sin pensarlo dos veces, fue a llevarle su caricia, apretó su hociquito contra la pierna del niño y salió corriendo a su cueva nuevamente…

El niño, que vio todo, no lo podía creer, un puerco espín me acarició… y su silbido de alegría reboto en el arroyo.

Comerás, el fruto de tu siembra…

Sembrá Caricias.

Los seres humanos para desarrollarnos necesitamos 3 elementos básicos, alimento, agua y oxígeno, pero también necesitamos caricias.

Cuando un bebé nace, lo que más necesita son caricias, cuando son acariciados, tocados, están recibiendo amor.

Cada vez que Jesús ministraba sanidad tocaba:

al ciego le escupió barro y se lo untó en la cuenca de los ojos, o sea lo tocó;

a otro ciego le puso las manos;

al leproso le puso las manos en la cabeza;

dice en Marcos cap. 5 que los niños venían Jesús los abrazaba y los bendecía porque estaba mostrando a los papás presentes cómo sembrar una caricia, un abrazo, en sus hijos.

Muchos no hemos recibido caricias, pero eso no quiere decir que no tengamos la semilla para darlas, tenemos que aprender a acariciar.

Jesús tomó la mano de la niña muerta, le dijo: “Levántate”. ¿Por qué solamente no le dijo levántate, sino que tocó su mano? Porque Jesús no solo sembró palabras sino también caricias.

 

Los hombres tenemos problemas con las caricias, porque nos enseñaron que hay de dos tipos: la que utilizamos al saludar a los hombres, que es una caricia agresiva y la caricia sexual.

No nos enseñaron las caricias afectivas y eso necesitamos sembrar en nuestros hijos.

Mujer: acaricia a tu esposo, esposo: acaricia a tu mujer, que lo que sembrás cosechas.

Sembrá caricias emocionales.

Caricias, no solo es el contacto de piel con piel, sino también, la caricia emocional…

La sonrisa es una caricia emocional: Leí que cuando vas a una entrevista de trabajo tenés que sonreír, porque cuando vayan a seleccionar, van a recordar al que sonríe, no al amargado.

La mirada, es una caricia emocional: Aprende a mirar a los ojos, Dios formó a Adán del barro, le sopló y fue un alma viviente. Cuando Dios sopló, Adán abrió los ojos y a cinco centímetros vio la mirada de Dios.

Adán fue el primero que vio cara a cara a Dios, que le sembró su mirada.

Un gesto amable, cocinar para la familia, sacar la basura, ceder el paso, saludar al guardia del supermercado que todos lo ignoran… son caricias emocionales.

Reconocimiento, reconocer el esfuerzo de la persona que tenemos al lado, valorarlo, ver el potencial en el otro, reconocer lo bueno

«Trata a un ser humano como es y seguirá siendo lo que es, pero trátalo como puede llegar a ser, porque confías en él porque cooperas con él, y se convertirá en lo que está llamado a ser”.

eso serían las caricias positivas… LAS CARICIAS POSITIVAS CONSTRUYEN

También hay caricias negativas

Pero también, hay caricias negativas, como ser, comentarios sarcásticos, ningunear al otro, rebajarlo, humillar, despreciar.

LAS CARICIAS NEGATIVAS DESTRUYEN

Ejemplo: “te odio”, “sos un idiota”, “te ves muy mal con esa ropa”.

Todos tenemos la necesidad de ser acariciados, por eso alguien dijo «Entre el dolor y la nada, prefiero el dolor»

Imagínate, si yo no tengo agua que tomar, y estoy en medio del desierto, muerto de sed, con peligro de perder la vida, si encuentro un charco de agua podrida y de mal olor, ninguno de nosotros dudaría en tomar.

Porque el problema está en que, si no recibimos caricias positivas, buscaremos caricias negativas, por ejemplo, la rebeldía, es una forma de llamar la atención, prefiero que me retes, pero no que me ignores, porque están clamando por el reconocimiento.

Hay personas que solo recibieron caricias negativas, son los que más necesitan una palabra de fe, que alguien confíe en ellos.

 Sembrales palabras de Fe

Sembra palabras de fe

Hechos 3:1-8 (NVI) Pedro sana a un mendigo lisiado

Un día subían Pedro y Juan al templo a las tres de la tarde,[a] que es la hora de la oración. Junto a la puerta llamada Hermosa había un hombre lisiado de nacimiento, al que todos los días dejaban allí para que pidiera limosna a los que entraban en el templo. Cuando este vio que Pedro y Juan estaban por entrar, les pidió limosna. Pedro, con Juan, mirándolo fijamente, le dijo:

—¡Míranos!

El hombre fijó en ellos la mirada, esperando recibir algo.

—No tengo plata ni oro —declaró Pedro—, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!

Y tomándolo por la mano derecha, lo levantó. Al instante los pies y los tobillos del hombre cobraron fuerza. De un salto se puso en pie y comenzó a caminar. Luego entró con ellos en el templo con sus propios pies, saltando y alabando a Dios.

 

  • Pedro y Juan iban caminando y miraron al paralítico.

Sembraron una caricia emocional, lo miraron a los ojos, le dijeron “levántate” –le sembraron una palabra de fe-. LEVANTATE… VOS PODES, HAY PODER DE DIOS EN ESTE LUGAR

Dentro tuyo hay un arsenal de semillas.

Sé un sembrador, sembrá lo más que puedas porque a su tiempo cosecharás, y comeràs el fruto de tu siembra.

  • Pedro le dijo: “no tengo plata ni oro”. ¿Por qué?

Toda la gente que iba al templo iba con dinero porque levantaban ofrenda, pero Pedro y Juan no iban con plata, porque en ese lugar donde Dios ya no estaba no iban a sembrar nada.

No siembres en lugares muertos. No siembres en tierra equivocada, no siembres en gente egoísta, no siembres en vagos porque le aumentarás su vagancia.

Hoy estamos aquí sembrando en vos, porque sos buena tierra

  • Le dijeron “No tengo plata ni oro” porque Dios no está en este templo, Dios está en tu vida, en lo que no valía nada, en un paralitico, alguien sin sueños, sin metas, sin esperanza… en vos sembraremos una palabra de Fe, y no te vamos a dar un regalo, porque regalo ahora no te sirve. ¿Para qué quería un regalo si seguiría paralítico? Una limosna, un regalito, una monedita…

Te voy a dar algo más grande… voy a impartir Fe, te vamos a dar una palabra que cambiará tu destino… vamos levántate y anda…

Tenés que saber qué semilla sembrar y en qué momento.

  • Pedro y Juan lo tomaron de la mano y empezaron a bailar.

Vienen días de fiesta porque lo que sembramos, cosecharemos con alegría; vienen días de baile, está indicando que el tiempo de la cosecha ha llegado a tu vida.

El paralítico se levantó y se puso a bailar, se le pegó a Pedro y a Juan.

La gente se acercó, Pedro aprovechó y les predicó a todos.

Ese mismo día a la noche Pedro y Juan estaban presos, pero felices, porque habían ganado cinco mil; sembraron en uno, pero vinieron cinco mil, y el Señor me dijo: Por tu testimonio miles vendrán al Señor, hacé crecer la semilla que está dentro tuyo y sembrá en otro, miles atraerás a Jesús.

Porque comerás el fruto de tu siembra 

Sembrá generosamente semillas en tus hijos, en tu familia: caricias, miradas, en los que no conocen al Señor.

Sembrá generosamente en la casa de Dios, en tu casa, sembra tu tiempo, tu esfuerzo, tus conocimientos, tus talentos, ayudá, bendeci.

Pedro y Juan lo tomaron de la mano y empezaron a bailar.

Vienen días de fiesta porque lo que sembramos, cosecharemos con alegría; vienen días de baile, está indicando que el tiempo de la cosecha ha llegado a tu vida.

Pr. Alberto Antúnez

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